
El cuarteto de cuerda está presente en la Schubertiada desde la primera edición; en un festival dedicado al lied y la música de cámara, la quintaesencia del género debía ocupar un lugar muy especial.
De la mano de Joseph Haydn, el cuarteto se convirtió en la forma musical más exigente para los compositores: el diálogo preciso entre cuatro instrumentos, poniendo de relieve su personalidad sin jerarquías. En la Schubertíada no han faltado los cuartetos de Haydn, ni los de Mozart, y hemos presentado dos proyectos gigantescos: las integrales de los cuartetos de Schubert y de Beethoven. Más allá del siglo XIX y Viena, hemos escuchado también otros compositores atraídos por el desafío, como Shostakovich, Prokofiev, Stravinsky o Kurtág.
La profesionalización ha conducido a los intérpretes a ser, además de cuatro amigos que se reúnen para hacer música, cuatro solistas consagrados prácticamente en exclusiva al bien común. Hemos compartido noches con muchas formaciones que creían en este proyecto; hemos vivido desde los inicios la trayectoria del Cuarteto Casals, hoy uno de los mejores del mundo, y hemos visto como surgían y lograban el reconocimiento internacional otros cuartetos catalanes. Cataluña es hoy un país de cuartetos, y eso nos entusiasma.
En la 28ª edición de la Schubertíada hemos querido potenciar este momento feliz con cinco cuartetos: tres de catalanes, el Cuarteto Casals, el Cuarteto Gerhard y el Cosmos Quartet, y dos de invitados, el Cuarteto Quiroga y el Quatuor Hanson, que incluirán en los sus diálogos músicos tan prestigiosos como Valentin Erben y viejos amigos de la Schubertíada como Barry Douglas, Anna Puig y Matthias Goerne. Os invitamos a celebrar con nosotros el cuarteto de cuerda, a compartir esta música íntima, a ser uno más en el diálogo.
Jordi Roch, presidente de la Associació Franz Schubert
“Si estuviera en Berlin, raramente me perdería las tardes de cuartetos en casa de los Möser. Este tipo de manifestaciones ha sido siempre, para mi, lo más comprensible de la música instrumental: escuchamos a cuatro personas sensatas que conversan entre ellas, y creemos que alcanzamos a entender una parte de su discurso, mientras aprendemos sobre las singularidades de los instrumentos.”
(fragmento de una carta de Johann Wolfgang Goethe a Cal Zelter, 9 de noviembre de 1829)