En el subsuelo del manantial de Agua Vilajuïga se encuentra el espacio «Misteri», allí donde brota este agua mineral natural carbónica natural.
En este lugar conviven en armonía la masía de piedra de 1843 con edificaciones modernistas y almacenes de apariencia autoconstruida. Abajo, no sólo se oculta el secreto de esta agua única, singular y escasa. Además de los pozos históricos y actuales, se ubica el espacio «Misteri». Un agua que Ferran Adrià calificó de misterio y que merecía su propio espacio para poder experimentar con los sentidos.
Una intervención arquitectónica única y singular en uno de los antiguo pozos, que en su descenso transmite las sensaciones de estar cada vez más cerca de lo que la hace tan singular. Un espacio dotado de una acústica tan especial que parece estar hecho para que cada gota y cada burbuja tengan su justa nota sonora. Un espacio mineral natural, como esta agua que es melodía para el paladar.
Nos encontramos, pues, en el pueblo de Vilajuïga, al pie de la sierra de Verdera y en pleno parque natural del Cap de Creus, entre campos, montañas y mar. Un pueblo atípico y aparentemente normal, de naturaleza distinguida, de efervescencia discreta y de espontaneidad acreditada, donde lo cotidiano se convierte en extraordinario y la singularidad en normalidad. Un pueblo, muy pueblo, orgulloso de su agua centenaria tan ampurdanesa como la tramontana. Tal cual.
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